En francés se les dice a los niños para que aprendan de educación que “Yo quiero se murió”. Y la verdad es que los franceses tienen una reputación, no siempre meritada, de antipáticos pero a mi gusto este es el límite; los buenos modales que vengan después porque lo que queremos nos define, mientras que los modales nos constriñe.

Hace un par de años retomé la escritura gracias a Aquiles Nazoa, quien me inspiró en escribir mi propio Credo, una lista poéticamente confeccionada que significara mi esperanza en el mundo, mis creencias, mis momentos esporádicos de fe que surgen por medio de detalles minúsculos de magia. Hoy, inspirada por los antojos de un mundo mejor, escribo mi “Quiero”.

Quiero sentir el calor de la primavera acariciarme sensualmente cada mañana como un amante insaciable. Quiero creer en la esperanza como la espina dorsal de la religión y el corazón escondido de todo poder. Quiero enamorarme a diario y no desenamorarme nunca de nada y de nadie. Quiero soñar con todos mis sentidos despiertos. Quiero perderme en ciudades que no conozco. Quiero sentirme nativa de mi tierra y bienvenida fuera de esta. Quiero llorar sin que me consideren débil. Quiero ser la primera siempre, pero poder ser la segunda cuando conviene. Quiero pasar meses escuchando música y no haciendo mas nada. Quiero tocar una estrella, solo una. Quiero que los prejuicios desvanezcan y que la gente se moleste en conocer lo que no conoce. Quiero comer como en casa. Quiero comer en casa. Quiero dormir en mi cama pero trasladarme en mis sueños. Quiero dejar de darle importancia a los que poco me importan. Quiero ser siempre curiosa sin arriesgar la muerte de ningún gato. Quiero desayunar a toda hora. Quiero que nadie me cobre por hablar con los que amo. Quiero ver el mar. Quiero poesía. Quiero melodía, Quiero compañía. Quiero borrar la maldad de aquellos cerebros que la llegaron a aprender . Quiero que dejen de hablar de los malditos arboles en los que crece el dinero y que empiecen a valorar cada hoja como si esta fuese oro. Quiero que las películas sean escritas con ganas de escribir y no ganas de vender. Quiero no dejar de querer a nadie porque lo amo. Quiero regalarle a los que amo. Quiero vivir mucho. Quiero amar mucho. Quiero soñar mucho.

Cada día quiero escribir un verso más al poema infinito de mi querer y quiero que algún día alguien lo lea y encuentre en este la voz y la mirada de una enamoradiza del mundo que quiere…