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Cuando sea grande quiero ser como…
Barbie.
Lo sé que suena ridículo, y capaz lo es, pero la verdad es que hemos aprendido demasiado de las Barbies como para categorizarlas de rubias tontas y no darles chance de ser ejemplos a seguir.
Empecemos por lo evidente. La Barbie es una amiga verdadera, sin peros, sin planes fallidos, no te abandona por su novio, no va a hablar mal de ti a tus espaldas, siempre va a decir lo que necesitas escuchar y nunca va a dejar de estar ahí para ti. Este es el tipo de amiga que pretendo ser y de Barbie podríamos aprender.
Barbie es famosa, probablemente es la mujer más conocida de los últimos tiempos. Barbie es internacional. Barbie es un ícono y yo, también algún día quisiera serlo. Y es que tenemos que entender una cosa, la fama, siempre es mal vista, pero Barbie la ha sabido llevar.
Nunca se metió a drogadicta, se adaptó a cada década mejor que Madonna, no salió desnuda en ninguna revista, no publico un video pornográfico “accidentalmente ” en ningún lado, no insulto a sus rivales, si se llegó a rapar el cabello, pero fue para devolverle la sonrisa a aquellas niñas que perdieron el cabello por alguna enfermedad.
[Barbie-19]
Barbie es una chica correcta, y nadie lo puede negar.
Además que ser un icono es una oportunidad para ser pionera, ser la voz del cambio y Barbie así lo fue.
Hay muchas cosas de nuestra amiga que no sabemos, porque ella es modesta y no quiso presumir, pero yo que soy buena reportera investigué y me sorprendí por la bondad detrás de esa mujer seis veces más pequeña que nosotras las mujeres pero con una mente y un corazón inmensamente más grande que el de muchas de nosotras.
Barbie no es racista, en 1967, mientras que Martin Luther King Jr era vocero del cambio, Barbie se hizo amiga de Francie, una Barbie de color, y empezó a cambiar la mentalidad de aquellas que simbolizaban el cambio verdadero, el futuro de una nación. Barbie le abrió los ojos a las niñas que le tenían miedo a aquello que no conocían.
Barbie aprende de sus errores. La han criticado mucho, la tratan de superficial, y le hicieron la guerra diciendo que promovía la anorexia. Trataron de desmoralizarla, calculándole la grasa corporal a una muñeca de plástico, y ella entendió el error que había cometido, las Barbies a partir del 1997 fueron creadas según otro molde, con medidas que no promovían ninguna actitud poco saludable.
Barbie se volvió una mujer moderna. Empezó como una chica cualquiera con ganas de soñar e ir de compras y cuando le permitieron sus creadores hablar no decía más que “Me encanta ir de compras” y “La clase de matemáticas es difícil”. Después de quejas de las mujeres que se sintieron ofendidas Barbie se empeñó en los estudios y ya no le parecieron difíciles las clases, es más, los fabricantes propusieron cambiarle la Barbie a aquellas que la compraron cuando aún se le hacía difícil estudiar porque ahora Barbie había aprendido mucho más que las matemáticas, a partir del 92 Barbie aprendió el valor de sus palabras.
Ahora mírala, Barbie hace de todo, la hemos visto ser veterinaria, profesora, aeromoza, doctora, psicóloga, pianista, Barbie, lo que se propone lo logra.
Barbie tiene 50 años y está bella, no ha perdido el glamour, ha pasado sus momentos de rebeldía, se tatuó, se cortó el cabello, se vistió de mil estilos y después de una vida sabe verdaderamente lo que significa ser una mujer actual.
Barbie es un modelo a seguir porque tiene la capacidad de cambiar las cosas, y lo hace, porque es una buena amiga, porque no ve barreras de colores de piel, de discapacidades físicas. Barbie tiene hijos y trabaja, tiene novio y le es fiel, tiene sueños, tiene ganas de ser una mejor persona siempre. A Barbie le diseñan Diane Von Fustenberg, Christian Louboutin, y Calvin Klein. Porque nunca dejo de ser sexy, ni los años ni las modas le quitan el estilo.
Aquí estamos siempre hablando de mujeres del siglo 21 y la verdad es que le debemos mucho a mujeres como Barbie, que no escribieron novelas de amor, no ganaron premios nobel, no curaron ninguna enfermedad, como la mayoría de las mujeres que nos rodean, como nuestras madres, nuestras amigas, Barbie simplemente nunca dejó de ser ella misma y poco a poco cambió el mundo, con una sonrisa que ni las décadas guardada en un closet le quitan, y un closet digno de una mujer que sabe lo que quiere.
Nunca subestimes a ninguna mujer, sin importar su tamaño.