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Acuerdos de diálogo: cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes.
Luego de la tercera reunión de la mesa de diálogo, convocada por el Vaticano y Unasur, es importante analizar los logros obtenidos por la oposición y por el gobierno, producto de los acuerdos que se han obtenido a la fecha en dicha mesa.
En el área política, se acordó el respeto a la autonomía, constitucionalidad y atribuciones de la Asamblea Nacional, es decir, avanzar en la superación de la situación de desacato de la Asamblea Nacional dictada por el Tribunal Supremo de Justicia. La verdad luce altisonante, cuando a la fecha la sentencia de desacato dictada por el TSJ ha sido ratificada, de modo que no entendemos cómo vamos con el cumplimiento de lo acordado.
Se acuerda también instar a los poderes públicos competentes para actuar en la resolución de la situación del caso Amazonas, en términos perentorios y convocar a elecciones de diputados de esa entidad en el 2017. Con relación a las elecciones en Amazonas, no entendemos si es este un logro de la oposición o del gobierno, aceptamos y reconocemos que efectivamente hubo fraude y como consecuencia de ello entregamos la mayoría calificada de la Asamblea Nacional.
Por otro lado, se asume igualmente el acuerdo de trabajar conjuntamente, en el marco de lo establecido en la Constitución, para el nombramiento de los dos rectores del Consejo Nacional Electoral, que culminan su mandato en diciembre 2016. Esto es la elección de dos nuevos miembros del CNE, a los efectos de contar con un poder electoral neutral. La realidad que se nos indicó que el norte, era la designación de los cinco rectores del CNE para que hubiese verdadera imparcialidad, ya que los mismos fueron designados en su momento, al margen de la Constitución, alegando una presunta “omisión legislativa”.
En el área de la soberanía nacional, se acordó en forma unánime el resguardo de la integridad territorial, la defensa de los derechos legítimos e inalienables de Venezuela, sobre la Guayana Esequiba y de defensa del Acuerdo de Ginebra de 1966, instrumento jurídico vigente entre las partes que dirime esta controversia territorial.
Se acuerda también la liberación de personas detenidas, ya no se habla de presos políticos, sino de detenidos, de tal modo que en este orden aceptamos que en este país no existen presos ni perseguidos políticos sino personas detenidas.
En el área económico – social el Gobierno Nacional y la MUD acordaron trabajar de manera conjunta, para combatir toda forma de sabotaje, boicot o agresión a la economía venezolana, promover el diseño y aplicación de políticas de cooperación entre los sectores público y privado para monitorear, fiscalizar y controlar los mecanismos de adquisición y distribución de insumos y mercancías. Al acordar esto, se acepta que hay una guerra económica y en virtud de ello se debe permitir el ingreso al país de alimentos y medicinas que con urgencia se requieren para socorrer a nuestros compatriotas más necesitados, y el compromiso del adelanto de políticas que permitan que los sectores públicos y privados, acuerden mecanismos eficientes y transparentes para importar y distribuir mercancías e insumos. Como consecuencia de ello las acciones del gobierno no se hicieron esperar la persecución a Lorenzo Mendoza estas últimas semanas, más controles y fiscalizaciones, mientras tanto no se habla en los acuerdos de la declaratoria de crisis humanitaria, más sin embargo, el contraste, vivimos en un país totalmente venido a menos, donde reina la desesperanza, donde nada funciona, donde la gente come de la basura y te quitan la vida por hacerse de un celular.
Con relación a la salida electoral, aun no se concreta nada, y el referendo revocatorio brilla por su ausencia cuando en principio se nos había dicho que sin referendo o elecciones generales en 2017, no habría dialogo, que esa era la condición sine qua non, para sentarse a conversar, no entendimos.
Con el propósito de reforzar institucionalmente el diálogo en Venezuela, se decidió incorporar a la mesa a un gobernador, por cada una de las partes, además de invitar a representantes de los diferentes segmentos de la sociedad, y establecer una Comisión de Seguimiento para dar continuidad al proceso que será coordinada por el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero; Jorge Rodríguez, por el lado del Gobierno y Luis Aquiles Moreno, por la MUD. Nos sorprende en este orden de ideas, la incorporación a la mesa, en un rol protagónico del Gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, líder de una de las tendencias más radicales del régimen.
Finalmente acuerdan, de manera igual, tanto Gobierno como oposición, una cuarta reunión de dialogo, que se realizará el próximo 6 de diciembre. En conclusión las partes simplemente lograron fijar una hoja de ruta y una declaración conjunta para convivir en paz, ante las continuas manifestaciones de desacuerdo de ambas corrientes políticas y de sus simpatizantes, pero el problema de raíz aun no se resuelve.
Estos primeros resultados de la mesa de diálogo entre el Gobierno y la oposición no han llenado las expectativas de la mayoría opositora en Venezuela. Los venezolanos nos sentimos traicionados porque no hemos visto resultados concretos, esperábamos que los voceros concretaran la fecha del referendo revocatorio presidencial y eso no ha ocurrido. En nombre del dialogo sacrificamos la agenda de calle y nos desmovilizamos, en nombre del dialogo, se difiere el juicio político a Nicolás que llevaría a la declaratoria del abandono del cargo, todo en aras de conciliar posiciones y en nombre de la paz.
Pienso que resultó un desacierto indiscutible de la oposición acordar llamar a elecciones de los diputados de Amazonas, aceptar que existe una guerra económica y hablar de personas detenidas y no de presos políticos. Me resisto a creer que la MUD se haya rendido y haya negociado la permanencia de Nicolás en el cargo, que se haya entregado la presión internacional y que la aplicación de la Carta Democrática, no esté en la agenda de la mesa, me resisto a creer que hayan matado el referendo revocatorio, que es un derecho constitucional en el que miles de venezolanos, empleados públicos, militares creyeron y en ese orden arriesgaron su trabajo su familia, su vida y firmaron con la convicción que era una ruta inequívoca para salvar al país.
Por esos y muchos otros motivos, me resisto a pensar así, porque creo en la paz, en la salida democrática, no creo en la violencia, pero a la vez pienso que es deber ineludible de nuestros líderes ser un poco más firmes en sus propuestas y evitar manipulaciones del régimen para continuar enchufados en el poder, defender la unidad debe ser el norte porque en la unión esta la fuerza y ese es el único camino para alcanzar la libertad.
Los lideres deben actuar con más sinceridad y buscar canales de comunicación y empatía con el pueblo que es a la postre quien sufre y padece la situación de crisis, están en el deber de actuar con seriedad, coordinar una estrategia única para así evitar el conflicto, que indefectiblemente se nos viene encima y acordar la salida electoral, porque esa es la solución a los problemas del país, porque es imprescindible cambiar las políticas que nos están llevando por el despeñadero, y eso solo se logra a través del voto popular. Esta dirigencia debe escuchar y respetar un poco más al pueblo y actuar a la altura de las circunstancias.
Creo firmemente en el dialogo porque hablando se entiende la gente y en llegar a acuerdos pero para determinar los términos de la transición a la democracia y la salida de Nicolás del poder, tal y como se ofreció al inicio. La salida pacífica es responsabilidad histórica de los líderes que integran la mesa ahora, el llamado es a cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Leyes de la Republica, de ser así….que la Patria os lo premie sino que os lo demande.
MARIA AUXILIADORA DUBUC
@mauxi1