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Autoritarismo en cajas mexicanas
La empatía existente sobre la crisis generalizada del país debe trascender la vergüenza de las Cajas Mexicanas, solución mágica a la carestía que nos llega gracias a una triangulación cubana que también insiste en inocularnos la Segunda Fase del Diálogo y la Regularización de la Asamblea Nacional haciendo a un lado nuestros derechos, costumbres y gustos básicos como el de comernos una buena arepa, no con harina para tortilla y antojitos mexicanos con sabor desmejorado de maíz pelado. En la práctica todo se reduce a una tendencia autoritaria disolutamente revestida como demócrata.
El sarcasmo de las Cajas Mexicanas abre la posibilidad de un Estado Tirano empoderado, como efecto de una cúpula corrupta que profundiza la absorción de voluntades, incluyendo la de no pocos “líderes” opositores, para seguir sacar provecho de la crisis venezolana, comenzando por controlar las adquisiciones de los alimentos que se consumen en el país, ya que casi el 100% son importados, sin importar de donde vengan, como tampoco importa hacer a un lado la Constitución rechazando toda solución electoral, poniendo como prioridad la solución de los problemas del país cuando en realidad hacen que se caiga a pedazos.
La II Fase del Diálogo y la Regularización de la Asamblea Nacional son a la democracia venezolana lo que las Cajas Mexicanas son al hambre de los venezolanos, una grosera imposición, que en lugar de mitigar el apetito lo estimulan, porque así como las diminutas bolsas de pasta no alcanzan para la ración de una persona, las roñosas propuestas del régimen, al igual que las Cajas Mexicanas, tienen que ver más con un mecanismo de dominación que con políticas eficaces de alimentación, ni se corresponden “con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica”.
La MUD en este escenario está como ausente, su dispersión -lo único inducido en el país- acrecienta la inercia de una sociedad que ve menguar el tercio de la población dispuesto a salir a manifestar. La coalición opositora, renovándose o no, ya le concedió tiempo al régimen como para superar cualquier apuesta que le pongan, por muy alta que esta sea, circunstancia que ensombrece los paradigmas de la oposición, que en forma de disyuntiva distraen aún más a quienes lucen felices con unas Cajitas Mexicanas Premium, manifestando su gozo de optar a gobernaciones como las del Zulia, sin tocar el problema de fondo que nos afecta a todos en Venezuela, el cambio de gobierno.
El chipo mutó al igual que la dictadura en Venezuela, decidido a quedarse entre nosotros con su carga lúgubre, sin aparentes acciones de contención, antes, por el contrario, se agrava con la falta de medicamentos, de reactivos, de alimentos; comparación útil en orden a elevar los costos a un régimen autoritario decidido a evitar cualquier cambio en Venezuela, a no ser una mutación que lo haga lucir menos dictatorial.