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MUD: del narcisismo a un ancla que reanime la calle
En Venezuela, como bien conocemos, la matriz relacional Estado-Sociedad está marcada por el clientelismo y el populismo lo cual ha generado una perversión política difícil de romper en un hecho que se acentúa habida cuenta que en nuestro país la Sociedad vive del Estado y por ende del Gobierno, hasta conferirle (al “gobierno”) una posición de ventaja frente a potenciales y necesarias opiniones contrarias al sendero totalitarista, e igualmente frente a una estructura de organizaciones partidistas oposicionistas que el ciudadano identifica con la MUD.
Tal realidad explica en mucho, que en su mayoría las protestas ciudadanas bajo la figura de actos masivos de calle sean una reacción espontánea motivada por el pésimo “gobierno” de N. Maduro, canalizada y movilizada a la luz de una oportuna colaboración organizativa de la MUD, quien por ello no puede asumir la potestad motora del descontento. Ese binomio, venía funcionando relativamente bien hasta el momento de la nefasta “desmovilización” para “dialogar” justo cuando la base popular estaba anímicamente dispuesta a exigir con firmeza un punto de inflexión en el desastre socio-económico sin que en ello estuviese condicionado a la presencia de una “alternativa presidencial” oposicionista; era (y es) un clamor del pueblo en pro de revocar a NM en una aspiración que hoy se encuentra “peligrosamente” adormecida al tiempo de percibirse una “devaluación” de la dirigencia política apuntalada por un resentimiento (dolor profundo causado por el desengaño) igualmente alimentado por actuaciones de la AN. En relación al último punto, nos permitimos citar una reflexión que formulamos en octubre de 2016: “Hoy (25/10/16), la AN inicia el proceso de evaluación sobre la responsabilidad política de N. Maduro en la crisis. Siendo así, vale preguntarse: 1.- ¿Se ratificará el señalamiento previo de la misma AN (23/10/16) en cuanto que el régimen de NM cometió un golpe de Estado? 2.- ¿Se aplazará la evaluación para participar en un diálogo entre sordos? 3.- ¿Seremos de nuevo tontos útiles de este nefasto gobierno?
Posteriormente, en nuestro articulo semanal del 14/11/16: Decisiones partidistas sin apoyo popular: ruta al apoliticismo señalamos: “A la luz de los puntos “acordados” (12/11/16) entre el Gobierno y la MUD en el denominado Diálogo Nacional (¿?), puede inferirse la presencia de un exceso de interlocutores oposicionistas que contribuyeron a desmovilizar a los ciudadanos en su clamor de calle para impulsar la realización del referendo revocatorio presidencial (ni en 2016 o 2017) con una subyacente renuncia al más idóneo instrumento de resolución de conflictos que permitiría interrumpir constitucionalmente el nefasto mandato de N. Maduro; todo ello en una aparente “complacencia compartida” que intenta “controlar” nuestra conducta al impedir que sea escuchada la voz del pueblo”.
En honor a la perfectibilidad (sin negar nuestra propia aspiración), la antes citada devaluación de la dirigencia política puede fácilmente “corregirse” con un coherente plan de “ajuste” dentro de la MUD en su manifiesto narcisismo (excesiva complacencia en la consideración de las propias facultades u obras), que está propiciando un alto grado de apoliticismo que hace referencia a una actitud de indiferencia/desinterés de los ciudadanos frente a la política partidista y al conjunto de ideas que confluyen sobre ella, equivalente a una “disidencia pasiva” hacia toda manifestación de política al punto de inducir la aparición de un individuo apolítico que rechaza y le aburre cualquier debate, discusión y pensamiento relacionado con ese ámbito vital de la vida republicana. En ese “plan de ajuste”, ha de incorporarse igualmente el ejercicio de la humildad asumiendo una virtud moral contraria a la soberbia (amor excesivo por el propio ser) que le facilite reconocer sus debilidades, cualidades y capacidades, al tiempo de aprovecharlas para obrar en bien de los demás dándole a la aspiración ciudadana el valor que le corresponde; con el fin ulterior de capitalizar el rechazo a la gestión “presidencial” que bordea un 80% pero en un contexto donde más del 51% se siente totalmente indiferente. Superar las deficiencias funcionales de la MUD, pasa por revisar una “mesa” conformada por 18 partidos (no incluidos MUD y COPEI) donde 4 de ellos (G-4) inclinan las decisiones que afectan a todos los venezolanos a pesar de haber obtenido en la Elección Presidencial 2013 el 30,2% de los votos y donde el de “mayor votación” alcanzó apenas el 11,7%, en una cuantificación numérica que no deja duda alguna sobre (i) la obligación de la unidad para vencer el fantasma de la dictadura, y (ii) la necesidad de integrarse (completar un todo con las partes que hacen falta) más allá de sus “muros” apoyándose en una amplia concertación con entes destacados de la Sociedad y muy especialmente con representantes de la base popular poblacional; teniendo como prioridad apuntalar el fortalecimiento de sí misma y del sistema democrático bajo la mirada crítica de un venezolano que sin duda estaría dispuesto a reanimarse si se coincide en la ruta para alcanzar el destino.
Esta segunda oportunidad (siempre difícil de aparecer) que se nos está brindando a una mayoría de venezolanos que nos sentimos oposicionistas, en razón a un nuevo error oficialista (ahora en materia monetaria-cambiaria con corrupción implícita con el billete de Bs 100) en su ineficiente terquedad de posicionar un utópico, caduco y obsoleto Plan de la Patria Socialista; ha de estimularnos a retomar la presión de calle para propiciar la salida constitucional de NM ahora que se ha verificado (i) que cuando el pueblo ruge el “gobierno” se atemoriza, y (ii) que perro que ladra no muerde.
Reflexión final: El éxito para el cambio constitucional de un régimen que “dialoga” con intenciones soterradas procurando el sendero dictatorial, solo es posible alcanzar con una MUD despojada de narcisismo y refundada asumiendo la humildad como condición de su gestión; bajo la premisa (i) que el liderazgo es una realidad cuando los ¡protagonistas se hacen accesibles a sus liderados!, (ii) que la ¡población abandone la “zona de confort”! que le reporta la externalidad (la culpa siempre es de otro y nunca nuestra), y (iii) integrarnos para marchar juntos en monolítica actuación en pro de ¡rescatar tanto a Venezuela como a nuestra esperanza y recuperar la sonrisa del pueblo!
Economista Jesús Alexis González
[email protected] @jesusalexisgon www.pedagogiaeconomica.com